Normativa

Significado de las normas que coordinan la tertulia
“ENCUENTROS PARA EL AUTOCONOCIMIENTO DEL SER”

A grandes rasgos. El significado de estas dos normas es el intento de abandonar la vieja energía dimanada por el valor patriarcal de la competitividad en la intercomunicación humana por una nueva energía implícita en el valor de la cooperatividad. El respeto por la aplicación de las normas establecidas facilitará considerablemente la autoobservación del movimiento egoico personal. Y así cada uno podrá conocerse un poco más cómo es el pensamiento racional-intelectual que le hace sentirse separado del otro, separado de la Naturaleza y de todo lo que Es.

1ª Norma:

“No interrumpir para nada, absolutamente para nada la argumentación que se esté expresando salvo si  hay dudas de no haber escuchado correctamente”.

Que ¿por qué motivo?.

El primer motivo: enseña a saber escuchar.

Normalmente, ante el conocimiento de esta norma la persona suele estar más pendiente de oirse a sí misma -es decir, de elaborar su propio discurso para cuando le llegue el turno de hablar- que de escuchar a los demás con atención y empatía para abrirse y recibir las posibles enseñanzas que se estén transmitiendo.  Si ésto ocurriera, es la oportunidad de preguntarse de qué y por qué estoy preocupado; a qué tengo miedo: ¿a qué mis ideas aburran, o no gusten a los demás, o no sean valoradas en su justa medida? ¿o sean malinterpretadas? ¿miedo al ridículo? ¿a tartamudear? ¿a quedarme “bloqueado” y en silencio? ¿ a no poder demostrar la grandeza elocuente o conmovedora o lúcida del discurso personal?, etcètera . Podemos autoobsevar, a través de la preocupación, la duda o el temor personal, que nos induzce a no saber escuchar al otro con plenitud, lo “cerca o lo lejos” que podemos estar de vivir la enseñanza Crística: “… llegado el momento, no os preocupeis de lo que tengáis que decir, el Espíritu hablará por vuestra boca…”. Y resulta obvio decir que en función de lo vacio que estemos de esos miedos, el espíritu podrá hablar por nuestra boca, y manifestarse por todo nuestro Ser.

El segundo motivo: enseña a ver cómo funciona nuestro ego competitivo.

Para la estructura del ego suele ser normal, cuando se activa, comparar su verdad con la verdad implícita en el discurso que está oyendo. Esta comparición inicial se va traduciendo en una forma de análisis cuyo resultado suele ser afinidad o discrepancia sobre el discurso escuchado. Este proceso particular del ego se deriva hacia un valor de (pseudo) cooperativismo –afinidad- o de competitividad –discrepancia. Ambos valores si están fundamentados en el ego, es decir, la aceptación y rechazo hacia las ideas ajenas, pueden ser por igual represores de la expansión de la conciencia personal. Pero, tanto si se sintiése un valor como el otro hay que guardar silencio y no expresarlo hasta que llegue el turno de hacerlo. Así cada uno podrá observar  y aprender sobre cómo es el movimiento egoico de su particular grado de paciencia (o impaciencia), de tolerancia (o intolerancia), de serenidad (o irritabilidad, cólera…), de compasión (o indiferencia piscoemocional) o de autonomía ideológica (o codependencia), etcétera.

Puede darse la circunstancia de que la afinidad ante lo que se está escuchando –o sobre quién esté hablando- alcance niveles elevados de admiración y plausividad, entonces, habrá que sentir, aplicar y aprender la enseñanza Crística de “… a nadie llameis Padre ni Maestro…”. Por el contrario, puede darse la circunstancia de que la discrepación ideológica ante lo que se está escuchando –o sobre quién está hablando- alcance niveles elevados de violencia interna, entonces, habrá que sentir, aplicar y aprender la enseñanza crística de “… poner la otra mejilla…”. Y esperar a que llegue el turno para hablar. Entonces, llegado ese momento del turno de hablar, se requiere la aplicación de la 2ª Norma y el máximo respeto personal hacia ella.

 2ª Norma:

“A la hora de hablar no hay que hacer referencia alguna sobre la individualidad de los participantes ni sobre las ideas -o argumentos- que han sido expresados tanto si hay afinidad como discrepancia por todo ello.»

Que ¿por qué motivo?:

Con total independencia de que facilita la liberación de egotismos, también activa la imaginación que tendrá que realizar un esfuerzo intelectual porque habrá que elaborar un discurso de afinidad o de discrepancia sobre lo escuchado sin que haya alusiones ni referencias sobre ningún participante  y, al mismo tiempo, con tal discurso se aplauda o se discrepa de las ideas ajenas y no de las personas.

Conclusión / Objetivo:

Perfeccionándose todos los motivo expuestos, y otros muchos que se omiten para no alargar en demasía estas líneas, que buscan la liberación de la competitividad para sentir la cooperatividad, surgirá lo más importante: descubrir con el tiempo que la única forma de ayuda, utilidad y enseñanza que se le puede ofrecer al prójimo (y a uno mismo) es la que proviene de la des-identificación y liberación del ego personal, y, por consiguiente, la des-identificación del análisis de todas las ideas que se expongan en la tertulia y de sus comparaciones con las propias. Tal actitud hace que la exposición de las ideas personales vayan fluyendo desde la libertad y silencio interior y del conocimiento personal sobre el tema tratado sin pretender ni enseñar ni orientar ni corregir ni ayudar a nadie ni a nada. De esta manera, la ecuanimidad sentida solo se «preocupa» de exponer la verdad personal que se quiere compartir sin interés alguno (se reitera: sin afán de analizar y comparar las ideas de los demás, ni mucho menos correguir, orientar o enseñar) , entonces, se establece una energía colectiva que induce a todos los presentes hacia la receptividad solo de las revelaciones internas o Enseñanzas de Sabiduría dadas por el Espíritu del Cristo personal y Colectivo sin que haya intervención directiva de ninguna voluntad humana presente en la reunión-tertulia.  Así se va adquiriendo la capacidad para valorar por igual la auténticidad y credibilidad de los mensaje expuestos en la tertulia -o de los que provengan del exterior de uno mismo- con total independencia de quién sea el mensajero, ya que solo es válido e importante el mensaje.

Conclusión / Objetivo:

Perfeccionándose todos los motivo expuestos, y otros muchos que se omiten para no alargar en demasía estas líneas, que buscan la liberación de la competitividad para sentir la cooperatividad, surgirá lo más importante: descubrir con el tiempo que la única forma de ayuda, utilidad y enseñanza que se le puede ofrecer al prójimo (y a uno mismo) es la que proviene de la des-identificación y liberación del ego personal, y, por consiguiente, la des-identificación del análisis de todas las ideas que se expongan en la tertulia y de sus comparaciones con las propias. Tal actitud hace que la exposición de las ideas personales vayan fluyendo desde la libertad y silencio interior y del conocimiento personal sobre el tema tratado sin pretender ni enseñar ni orientar ni corregir ni ayudar a nadie ni a nada. De esta manera, la ecuanimidad sentida solo se «preocupa» de exponer la verdad personal que se quiere compartir sin interés alguno (se reitera: sin afán de analizar y comparar las ideas de los demás, ni mucho menos correguir, orientar o enseñar) , entonces, se establece una energía colectiva que induce a todos los presentes hacia la receptividad solo de las revelaciones internas o Enseñanzas de Sabiduría dadas por el Espíritu del Cristo personal y Colectivo sin que haya intervención directiva de ninguna voluntad humana presente en la reunión-tertulia.  Así se va adquiriendo la capacidad para valorar por igual la auténticidad y credibilidad de los mensaje expuestos en la tertulia -o de los que provengan del exterior de uno mismo- con total independencia de quién sea el mensajero, ya que solo es válido e importante el mensaje.