Opiniones

CÓMO PARTICIPAR Y PARA QUÉ COLABORAR

Esta sección web y espacio de OPINIONES sirve para que todos los contertulios puedan publicar lo que se les haya quedado en el tintero durante su participación en las Tertulias. También para modificar de alguna manera las ideas personales que se hayan expresado. O bien, sirve para aportar creencias e ideas sobre cada temática aunque no se haya asistido ni participado en la tertulia dentro de la sala de actividades.

Para ello, es necesario que se envíe la opinión escrita (word) al correo: info@culturaser-uno.com, referenciando el título del tema tratado en la tertulia y si el autor de la opinión prefiere junto al texto publicado incluir su nombre y apellidos – su profesión o/y actividad creativa preferida- o utilizar un seudónimo/anónimo. O bien, la opinión puede quedar grabada en audio o video (de duración máxima de 10 minutos) y enviado por whatsap al 651 108 933 o al correo electrónico indicado. Todas las opiniones serán aceptadas siempre que las ideas expresadas guarden coherencia con los temas tratados y respeto hacia la dignidad y valores humanos.

Los moderadores de la tertulia han invitado a participar –en esta sección- a numerosos amigos y conocidos; y, al igual que habrá lectores de estas líneas que les resulte estimulante y gratificante la participación pero les embarga cierta resistencia, inseguridad o dudas derivadas del temor a “no dar la talla” o “no satisfacer expectativas”, han declinado y declinarán esta invitación
Es racionalmente humana esta cualidad de temor porque se interpreta la validez y credibilidad del mensaje en función de quién sea el mensajero. Cuanta más relevancia, prestigio, fama o erudición se le otorgue al mensajero así será el nivel de importancia y veracidad que se le dará al mensaje. Y todo ello es racionalmente natural porque nuestro pensamiento intelectual (racional o científico) suele predominar con casi absoluta soberanía sobre las otras dos vías o formas –pensamiento sensorial-instintivo (cuerpo) y pensamiento intuitivo-moral (espíritu), con las que coexistimos y se activan a la hora de interpretar la realidad externa.

Cuando existe en el ser humano el predominio de una vía o forma de interpretar la realidad sobre las otras dos, resulta difícil comprender que la autoridad (con sus correspondientes especializaciones intelectuales) no es imprescindible cuando se necesita aprender de las materias de conocimiento dimanadas del plano o dimensión nouménica, en la cual todos, absolutamente todos los humanos somos intrínsecamente manifestaciones de la Filosofía en el Ser con sus derivaciones en la psicología, la teología, la metafísica, la ética o la moralidad. Ahora bien, cuando las materias de conocimiento pertenecen íntegramente al plano o dimensión fenomenológica o, como dice un buen amigo, cuando son “de tejas hacia abajo” la autoridad y sus especializaciones son necesarias, incluso imprescindibles, para adquirir esos conocimientos, pues si hubiera una problemática jurídica o de mecánica de automóviles sería necesario acudir, respectivamente, a un abogado o a un mecánico, ya que nadie acudiría por esa problemática a un arquitecto ni a un farmacéutico ni a un fontanero buscando información, aprendizaje o ayuda. Y viceversa en ese intercambio.

El pensamiento racional-intelectual (o científico) es el que ha dinamizado y vertebra los valores patriarcales, los cuales configuran las actuales políticas capitalistas y comunistas con sus sistemas económicos, educativos, religiosos, sanitario-médicos, militares, sociales y culturales. Y todo ello ha generado sus particulares condicionantes cognitivos que, cuando quedan introyectados en el ser humano, ejercen tal influencia modificadora y alienante de la naturaleza espiritual que invalidan el potencial de convertirse en su propia autoridad interna – su propio teólogo, filósofo, psicólogo, incluso en su propio médico- porque hace delegar el poder creativo y la libertad personal en las múltiples autoridades externas que dominan ese pensamiento racional-intelectual.

La Tertulia está estructurada y coordinada por dos normativas cuya aplicación y respeto por parte de moderadores y contertulios conllevará múltiples respuestas autoterapéuticas encaminadas a conseguir un objetivo nuclear, el cual queda subyacente en la formulación que aparece al final de la sección “normativa” como “la manifestación del Espíritu del Cristo individual y Colectivo sin interferencia de voluntad humana”: en donde se hace referencia a la circunstancia que puede ocurrir cuando los participantes sientan que las ideas ajenas expuestas durante el transcurso de la tertulia les provocan insight, autodescubrimiento o revelaciones internas. Y todo ello es muy importante, de suma relevancia aunque tales descubrimientos y revelaciones personales provengan de la simpatía, devoción o admiración existente hacia el emisor o mensajero que articula y divulga las ideas, pero es más importante que los autodescubrimientos o revelaciones internas no estuviesen influenciadas ni condicionadas por la dependencia, admiración o devoción hacia el emisor-mensajero (creatividad externa resonando hacia el interior individual) ya que sería más fructífero y transcendente –en todo los niveles- para el receptor que su pensamiento intuitivo-moral (llámese Voz de la Conciencia, Flujo del Tao o Atman, Manifestación Crítica o Búdica o canalización del Self Superior o como cada uno prefiera conceptualizar) sin condicionantes de su propio pensamiento racional-intelectual –sin análisis ni comparaciones-, de forma libre y expansiva fuera quien proporcionase ese descubrimiento o revelación implícita solo en la naturaleza de las creencias e ideas filosóficas, teológicas, psicológicas, éticas y morales (Creatividad interna resonando hacia el exterior colectivo). Y preservar así un equilibrio armonioso entre ambas vías o formas de recibir, sentir y manifestarse la Creatividad.

Por todo ello, el proyecto de la Tertulia con sus temas-preguntas es el intento de aportar un granito de arena para que las polarizaciones –o visión dualista y reduccionista- que se manifiestan de forma natural e intrínseca debido a la dinámica de pensamiento racional-intelectual, quedase unificada –a modo de símbolo- por la participación en la tertulia del docto y del lego, del famoso y del anónimo, del rico y del pobre, del sano y del enfermo, del ateo y del creyente …

¿Te apetece colaborar con este símbolo, en este proyecto?..

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