Voces del Silencio

Objetivos

Es difícil de imaginar que la humanidad deje de proyectar su sombra, no asumida ni integrada, sobra aquellos de sus miembros cuyas particulares características de salud, de sexualidad o de conductas adictivas los han convertido, durante siglos, en cabezas de turco. Es difícil aceptar, sin rechazarlo, el reflejo de nuestros propios miedos y temores, la conciencia de nuestra vulnerabilidad, Tememos dejar de culparnos unos a otros por nuestros problemas, tememos abandonar los obsoletos roles que nos escinden de nosotros mismos, “tememos –tal y como afirma Joanna Macy- nuestras respuestas más profundas, tememos mirar por encima del borde del precipicio porque preferimos no saber”.

Y sin embargo, es precisamente en este respeto al otro, en esta asunción de la unión con el prójimo donde todas las tradiciones de Oriente y Occidente, donde toda la ley humana y divina, donde toda moral y toda ética parecen hallar un punto de encuentro:

Hinduismo: “no hagas a los otros lo que te dolería que te hiciesen a ti” (Mahabharata-15, 1517).

Budismo: “no ofendas a los demás como tú no quisieras verte ofendido” (Udanavarga- 5,18).

Confucianismo: “lo que no deseamos que nos hagan, no lo hagamos a los demás” (Analectas- 15,23)

Taoísmo: “sean para ti como tuyas las ganancias de tu prójimo y como tuyas sus pérdidas” (T’ai-Chang-Ying-Pien).

Judaísmo: “lo que no quieras para ti, no lo quieras para tu prójimo” (talmud, Shabbat 31 a). 

Cristianismo: “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo, 22:37-39)

En toda gran fe –confirma la autora ya citada- existe un tema central que es éste: crear una brecha en la sólida pared de la ilusión de estar separados y tomar conciencia del hecho inalterable de nuestra interdependencia. Siempre ha estado presente, tanto si se trata del judaísmo, del cristianismo o del islam, del hinduismo, de budismo, del taoísmo, como de las religiones amerindias o de las religiones que rinden culto a la Diosa. Todas proponen imágenes del tejido sagrado en el que estamos inmersos. Se nos llama “hijos del Dios único” y “miembros de un cuerpo”, se nos contempla como semejantes a gotas de agua en el océano de Brahma: nos vemos como alhajas incrustadas en el tul de Indra. La verdad es que existimos en interdependencia, como si fuéramos células en el espíritu de un ser que todo lo contiene escondido y deformado a causa de la religión institucionalizada y del cariz autoritario”

  Proyecto de Integración Social

  Voces Del Silencio

PARA QUÉ Y POR QUÉ ESTE PROYECTO:

Para despojar a la enfermedad de toda la carga de prejuicios sociales sustentada por el miedo y la ignorancia, para cuestionar todos los mitos creencias, valores y significados que la sociedad atribuye a cada afección u opción, para contribuir al enfoque positivo sin caer en el enjuiciamiento y en la censura,  para comprender el significado último de las experiencias que todos,  en mayor o menor medida, vivenciamos.

      Porque respecto a las enfermedades mentales, no hay ser humano cuya mente no se altere con la paranoia, la melancolía, la fobia o la depresión durante un tiempo determinado y en alguna circunstancia dada habiendo o no motivos acordes o consecuentes para la emergencia de tales manifestaciones psíquicas. La única diferencia entre las enfermedades mentales (psicosis inductoras de marginación y estigmatización social) y las neurosis comúnmente manifestadas por la raza humana como consecuencia de su separatividad y disociación con respecto al Origen –llámese Dios, Naturaleza o Tao- son los grados de intensidad personal con los que se experimentan las diferentes manifestaciones de la paranoia, la depresión, etc., y el mayor o menor grado de autocontrol provocado por el estado de confusión de la conciencia.

      Para sensibilizar a los ciudadanos cuerdos respecto a los enfermos mentales, de tal manera que se liberen todos los miedos y temores sobre la peligrosidad del loco: que se transciendan los burdos estereotipos del asesino en serie alimentados por las interminables y tediosas series cinematográficas –principalmente de origen norteamericano- que contribuyen a crear una abominable y falsa imagen del enfermo

mental que se transciendan los tendenciosos mensajes de la prensa sensacionalista cuyos titulares anuncian a bombo y platillo el historial clínico psiquiátrico del presunto delincuente: “esquizofrénico o psicótico mata, roba o delinque…”, sin que se plantee la necesidad de recurrir a su posible patología somática como explicación o causa de su conducta, ¿alguien ha visto alguna vez describir en titulares de prensa a un delincuente como “ cardiópata o diabético o artrítico…mata, roba o delinque de tal o cual manera”?. Y, más aún en la actualidad, cuando se habla de desinstitucionalizar los hospitales psiquiátricos, creemos que es necesario sensibilizar a todos los ciudadanos en general y en particular a aquellos que convivirán y compartirán comunidad de vecinos con los enfermos reinsertados en pisos tutelados, informándoles de que el enfermo no les agredirá cuando bajen por la escalera comunitaria, o cuando paseen por las calles o cuando se topen con él en el supermercado o en el cine, que no va  a quemar su vivienda propia –con el consiguiente disgusto y perjuicio para la comunidad-, ni a destrozar viviendas ajenas, ni a manosear o violar a la hija del vecino, ni a defecar en algún sitio “público no autorizado”.